(Prensa FEVP – 26 de junio de 2025) – El curso “Imperialismo versus Proyecto Bolivariano: La construcción de la Independencia Nacional”, parte del Plan de Formación Masiva en Planificación Popular, reunió a destacadas voces del pensamiento revolucionario venezolano para abordar los desafíos contemporáneos de la independencia frente a nuevas formas de dominación imperialista.
El vicepresidente sectorial de Planificación, Ricardo Menéndez, centró su intervención en el concepto de existencia nacional como principio rector. Afirmó que la Revolución Bolivariana no puede permitir “chantajes imperiales” ni transar los elementos fundamentales de su soberanía. “¿Puede existir la Revolución aceptando el chantaje de los gringos? Si entregamos el petróleo o si el Comando Sur opera en Venezuela, simplemente dejamos de existir como proyecto de país”, expresó.
Menéndez hizo un paralelismo entre la guerra de independencia del siglo XIX y las agresiones recientes entre 2015 y 2017, que incluyeron el desabastecimiento inducido, el ataque al bolívar, la fractura institucional y la asfixia internacional. Enfatizó que “la independencia no está asegurada por un acto jurídico de 1811, sino que se defiende cada día con soberanía productiva, tecnológica, cultural y alimentaria”.
Además, denunció el silenciamiento del conocimiento generado en el territorio: “Nos falta contar lo que sí estamos haciendo: los diagnósticos comunales, los mapas participativos, el Diccionario de Comunidades, las cartografías populares. No podemos dejarlo en el olvido”. Con ese propósito, convocó a todas y todos a participar activamente en la Revista Ágora, una plataforma pensada para sistematizar el pensamiento transformador desde la Escuela Venezolana de Planificación.
Camilo Rivero: “La guerra económica fue un arma de dominación”
El presidente del Instituto Venezolano de Planificación Aplicada (IVPA), Camilo Rivero, planteó que la guerra económica que atravesó Venezuela fue una nueva forma de intervención imperial. “No fue un fenómeno económico, fue una acción política planificada para destruir nuestra base material y provocar el colapso social”, alertó.
Rivero enumeró los elementos de ese ataque: la hiperinflación inducida, la mega devaluación, el contrabando de extracción, la destrucción de la moneda nacional y la asfixia de PDVSA a través de sanciones. “No se puede hablar de democracia o derechos humanos cuando el pueblo no tiene acceso a medicinas, comida o agua. El estrangulamiento económico no fue un error: fue una táctica de guerra”, sentenció.
Recordó que la renta petrolera fue clave para saldar la deuda social de la IV República y construir derechos universales. Pero con la caída de la producción, el bloqueo financiero y el sabotaje institucional, “la pobreza y la desigualdad regresaron como efectos directos de esa agresión”. Por ello, propuso una reconstrucción sobre nuevas bases: recuperar la soberanía productiva, diversificar la economía, romper la dependencia tecnológica y fortalecer alianzas con países emergentes del nuevo orden multipolar.
Zurita Hernández: “Carabobo sigue siendo símbolo de unidad y soberanía”
El General de División Frank Alexander Zurita Hernández ofreció una mirada histórica desde la Defensa Nacional sobre la Batalla de Carabobo y su proyección actual. Recordó que ese 24 de junio de 1821 se consolidó el sueño republicano no solo con armas, sino con la unidad política y social de un pueblo oprimido por tres siglos.
“Bolívar entendió que sin la incorporación real del pueblo —de los llaneros, los esclavos, las mujeres, los campesinos— no habría independencia posible. Carabobo fue una victoria militar, pero sobre todo política y moral”, explicó.
Detalló que la batalla fue precedida por una planificación meticulosa, con maniobras de distracción que permitieron al Libertador llegar al campo con superioridad numérica, cohesionando a jefes que antes actuaban de forma dispersa. “Se logró la unidad militar bajo un solo mando y un solo objetivo: vencer al imperio. Esa es la lección que hoy seguimos necesitando”, afirmó.
También reivindicó a los héroes invisibles, como Pedro Camejo (“Negro Primero”), cuya vida simboliza a los soldados afrodescendientes que combatieron por una patria en la que aún eran esclavos. “La historia la suelen contar los vencedores, pero debemos hacer justicia a quienes fueron borrados de los libros”, dijo, al recordar que incluso el uniforme entregado antes de Carabobo fue el primero común a todo el Ejército Libertador.
Finalmente, Zurita resaltó que el campo de batalla de Carabobo, lejos de ser una llanura abierta, era un terreno quebrado y montañoso en el que la caballería llanera fue anulada, lo que demuestra la magnitud de la proeza estratégica del Libertador. “Ayer enfrentamos al imperio español. Hoy, al imperialismo contemporáneo. Y como entonces, solo el pueblo consciente y unido puede preservar nuestra soberanía”, concluyó.