Prensa FEVP – 30 de julio de 2025 – La Vicepresidencia Sectorial de Planificación, en el marco del diseño del próximo presupuesto nacional, reafirmó la importancia estratégica de la territorialización plena y la sincronización efectiva de los niveles de gobierno como elementos centrales para avanzar en la implementación del Plan de la Patria 2025-2030, bajo el enfoque de las Siete Transformaciones (7T).
Durante una jornada de trabajo con equipos técnicos de gobernaciones, alcaldías y comunas, el vicepresidente sectorial delineó tres desafíos fundamentales para profundizar el proceso de planificación democrática, participativa y con arraigo territorial.
El primer eje se centra en la comuna como nueva territorialidad del Estado venezolano. “No hay otra visión”, enfatizó el vicepresidente sectorial Ricardo Menéndez, señalando que la planificación revolucionaria debe sembrarse desde las bases populares. Subrayó que la comuna no puede entenderse solo como espacio consultivo, sino como unidad política y administrativa desde donde se construye el socialismo.
En segundo lugar, se destacó la sincronización de motores económicos y factores productivos. Menéndez cuestionó las desconexiones actuales entre la planificación territorial y la articulación de cadenas productivas, instando a una verdadera vinculación entre ministerios, universidades, consejos comunales y actores económicos del territorio. Esta integración busca hacer realidad el desarrollo de la “gente económica bolivariana”, garantizando que las decisiones presupuestarias respondan a las dinámicas locales.
El tercer reto expuesto fue la necesidad de consolidar «familias de políticas públicas«, capaces de generar sinergias entre sectores diversos. En palabras del vicepresidente, un proyecto comunal no debe estar aislado, sino entrelazado con políticas juveniles, educativas, industriales y deportivas. Ello implica construir grandes marcos de acción que eviten duplicidades y optimicen los recursos disponibles.
Articulación de escalas y planificación viva
El encuentro marcó un hito en el enfoque integral del próximo ejercicio fiscal, al establecer una articulación inédita entre los *planes de desarrollo comunales, municipales, regionales y nacionales. Por primera vez, existe un engranaje entre la Agenda Concreta de Acción (ACA) de las comunas y el presupuesto nacional, garantizando que la asignación de recursos refleje directamente la voluntad del pueblo.
“La planificación no puede seguir tratándose como un documento estático. Necesitamos un sistema de gobierno vivo, donde todos los niveles del Estado compartan una misma plataforma para seguimiento, carga de información y resolución de problemas”, expresó el vicepresidente.
La contraloría popular como mandato de transparencia
Otro de los aspectos subrayados fue la contraloría social, como garantía de transparencia en la ejecución de los recursos. “No debe haber proyecto que no tenga contraloría popular”, aseveró. Este principio coloca al pueblo como actor vigilante, con capacidad para supervisar y corregir el rumbo de las políticas públicas.
Asimismo, se planteó la necesidad de impulsar una economía del mantenimiento, con políticas claras para la preservación de infraestructuras y activos, superando prácticas de desinversión y abandono. “Hay que sacarle el jugo a lo que tenemos previsto”, dijo, haciendo énfasis en la eficiencia presupuestaria como acto político de primer orden.
La jornada incluyó mesas de trabajo organizadas por áreas temáticas como economía, ciencia y tecnología, socialismo territorial y políticas públicas. Cada nivel institucional, desde las gobernaciones hasta las comunas, asumirá la tarea de contribuir al reordenamiento funcional del Estado bajo una estructura común y coherente.
Con el respaldo del presidente de la República, esta nueva fase de planificación se consolida como un ejercicio colectivo de democracia directa, eficiencia institucional y compromiso con el desarrollo nacional, enmarcado en el paradigma del Estado comunal y el protagonismo popular.